dissabte, 16 de gener del 2016

Es política

Bescansa, con su hijo, haciendo política. Foto:EFE
Primero, el hecho: Carolina Bescansa, diputada y número 3 de Podemos, llevó el primer día de esta nueva legislatura al Congreso a su bebé Diego, de cinco meses. 

No tardó en decirse que fue para buscar la foto, que se trataba solo de un gesto (y, por descontado, populista) y hasta se le tachó de egoísta privilegiada porque “no todas podemos hacer lo mismo en nuestros trabajos”. Es evidente que no todas podemos, por eso Bescansa puso imagen y voz por nosotras, porque para eso están las figuras públicas, más aún las políticas; para mejorar la vida de la gente, sobre todo de la invisible y de la que difícilmente tendrá acceso a los micros y a las cámaras. Por eso, también, los sueldos públicos son mejores que en la empresa privada; porque el ejemplo debe ser de garantizar una vida digna y no proporcionar miseria y precariado. 

Por eso lo que hizo Bescansa no fue un gesto, sino política. Igual que Joan Ribó o Ada Colau hacen política cuando van en bicicleta o en metro a trabajar. Igual que hacían política Francisco Camps y Rita Barberá subiéndose a un Ferrari en 2009. Una política pública que, de momento, se estima que costó 98 millones de euros solo en la construcción del circuito. Cada cual con sus acciones está trasladando la imagen de las políticas que pretende defender. 

Mucho se ha hablado de que el “gesto” de Bescansa no valía si no iba acompañado de una política ad hoc sobre la necesaria conciliación de la vida familiar y laboral. Sin embargo, poca atención se mostró a las declaraciones de la afectada, que en los pasillos de la cámara aclaró: “las mujeres debemos de tener el derecho, si así queremos hacerlo, de criar a nuestros hijos con apego (…) Lo que tenemos que hacer es visibilizar a la gente que en este país cuida de los demás: son millones de personas los que todos los días cuidan niños, cuidan ancianos, cuidan enfermos… Creo que es hora de que esta cámara se parezca más a nuestro país. No sé si el ministro del Interior ha tenido que criar a algún bebé alguna vez, pero si una mamá tiene que criar a un bebé tiene que ir con él a todas partes, no hay mucha más alternativa”.

Pero, en lugar de preguntarse cuál fue la verdadera causa que motivó que Bescansa llevara a Diego consigo, rápidamente los memes insultantes inundaron las redes de quienes miran el dedo que apunta a la Luna. Dicho sea de paso, la misma indignada gente que los compartió, se entretuvo también con las rastas de Alberto Rodríguez, pero no reparó en el otro gran hito de la jornada: el diputado electo del PP Pedro Ramón Gómez de la Serna, apartado de su grupo en plena campaña pero mantenido en listas, ocupando escaño sin partido y aforamiento por si las moscas. 

Bonus track: ‘¿Y dónde estaba el marido? ¿No se podía haber hecho cargo él, si tan feminista y conciliadora quiere ser?’. Se da la circunstancia de que Bescansa es madre soltera, tal y como señalaba el cómico Quique Peinado en la recomendable Tertulia de cómicos que dedica los sábados A vivir que son dos días Javier del Pino en la Ser. Madre soltera. Otra casuística que tampoco cabe en la cabeza ni en el marco cognitivo de quienes se escandalizan porque una vista de tal o cual manera o luzca un peinado u otro. 

Postdata: Lean otro gesto, que es en realidad política, de la concejala de Igualdad y políticas Inclusivas, Isabel Lozano: a partir de ahora, cuatro de cada cinco nombres de las nuevas calles de la ciudad llevarán nombre de mujer. Empezando por Margarida Borràs, “el primer caso documentado de tortura y muerte por identidad de género”, según cuenta el diario Levante-EMV y estas otras.

Y una segunda recomendación: el reportaje ¡Un bebé en el hemiciclo!, de Núria Marrón, en El Periódico

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