Andaba pensando desde hacía unos días en cómo canalizar mi rabia hacia la noble e inofensiva causa de la legión del lazo rosa y este sábado me encontré con algunas respuestas y algunos argumentos de peso para manifestarse en contra del adorno que durante la semana pasada mucha gente me pidió que pusiera como imagen de perfil de en las redes sociales.
Porque el sábado La 2 emitió en La Noche Temática el
documental Lazos rosas, SL, basado en un libro homónimo. Lo pillé empezado y
me dispuse a verlo el domingo en TVE A la carta. Tenía muy buena pinta.
¿Cuál es el origen del lazo rosa y cómo la industria nociva
se apoderó de él para darle la vuelta y convertirlo en un obsceno objeto de
consumo? ¿Por qué, precisamente, el lazo es rosa? ¿Cuántos fondos -de verdad-
de los recaudados con el marketing rosa llegan a financiar la causa? ¿Cómo de
atomizada está la investigación sobre el cáncer de mama? ¿Por qué la
administración pública sigue recortando gastos para prevenirlo?
Yoplaît, Avon, Estée Lauder, Kentucky Fried Chicken tienen intereses económicos en el negocio. También hay conglomerados empresariales más difíciles de detectar a simple vista de la industria plástica o farmacéutica, además de otras compañías lácteas y cosméticas. Y seguramente en 'Lazos SL' no aparezcan todos.
Otro asunto que irrumpe en Lazos Rosas, SL muy a tener en
cuenta es la preocupante y creciente adhesión a las "asociaciones
confort", muy especialmente a través de la peligrosa implantación de las
fundaciones surgidas al calor de la desregularización del estado -presten
especial atención al discurso de Ronald Reagan que se recupera en el vídeo, compárenlo con
los discursos de Mariano Rajoy o Alberto Fabra y señalen las 7 diferencias- ,
levantadas por grandes capitales con dos objetivos principales: maximizar los
beneficios y aumentar la reputación social. Eso que ahora nos dice el Gobierno
y -precisamente- TVE que debemos hacer: caridad, beneficencia,voluntarismo de chicha y nabo. Y, así poco a poco, sin que se note, vamos despolitizando y desactivando las luchas sociales.
La mayor parte del documental se centra en Estados Unidos -aunque
también destaca la situación de Canadá-, pero lo que se narra puede
extrapolarse al resto del mundo. En él se dan cita testimonios muy valiosos y
muy reveladores. De un lado, activistas, científicas y mujeres enfermas que
explican su sufrimiento; que un cáncer nada tiene que ver con el color rosa. Del
otro, vendedores de humo y gente -mucha gente- que les ha comprado la moto.
A veces una encuentra pequeñas lecciones que le reconcilian
con la caja tonta. Dura una hora larga. Lo mismo que dos capítulos de una serie
de moda. Estará disponible online aquí hasta el 3 de noviembre. Yo probaría.
Gracias Laura, no dejes de escribir, hace falta gente comprometida y con buena letra ;-)
ResponElimina¡Me encanta(s)!
ResponEliminaGracias a los dos, Salva y Chema.
ResponEliminaGracias Laura por tus letras. No dejes de escribir y de compartir tus "rabias"
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